La vida después de la COP25

La COP25 terminó la semana pasada en medio de polémica y desilusión, pero en Asgreen Ingeniería Sustentable no quisimos hacer comentarios en caliente, sino más bien tomarnos unos días  para reflexionar sobre lo ocurrido y sobre las acciones que haremos para enfrentar los desafíos ambientales y climáticos allí donde los gobiernos han fracasado.

Los líderes del mundo se han reunido ya 25 veces a hablar, debatir y discutir, tratar de ponerse de acuerdo y tomar acciones concretas para combatir la crisis climática que nos afecta. Muchos de nosotros, optimistas dirían algunos, ilusos otros, confiamos en que esta ocasión la COP25 sería aquella que marcaría el comienzo de las acciones para combatir el cambio climático y frenar el calentamiento global evitando que la temperatura del planeta suba por sobre los 2ºC (1,5ºC ojalá!). Dicho de una forma menos suave: evitar que el planeta y nuestra vida como la conocemos, desaparezcan.

Estamos tristes, estamos enojados y estamos avergonzados, pero también estamos más motivados que nunca, porque la responsabilidad ahora es nuestra y no quedaremos al debe.

Tantas personas reunidas tantas veces.  25 años para solo firmar documentos de promesas sobre promesas, que después desconocen o de los que «se retiran», sin ningún resultado verdadero, peleando por cosas que, frente a la crisis climática, la verdad es que no tienen importancia. Siguen protegiendo industrias o intereses futuros, para ser explotados quién sabe cuándo. ¿Cuando los extraterrestres vengan de turistas al planeta extinto?

Cada COP se ha transformado en algo parecido a un inicio de dieta: «el lunes sí que empiezo», dejando la resolución de diferencias o la toma de acción para la siguiente reunión.

Si no han podido ponerse de acuerdo en todo ¿No será posible que al menos acordaran algo? algo pequeño, algo para comenzar a tomarse en serio el cambio climático.

El sentido común diría que sí, que si las intenciones son reales, algún tipo de acuerdo se alcanzaría. Pero para que eso fuese cierto deberían existir ya muchos países tomando acciones en forma independiente, sin necesidad de una cuerdo vinculante, en múltiples frentes que converjan a la protección del planeta.

Por aportar con algunos ejemplos, podrían empezar por (ideas que se nos ocurren sin mucha vuelta):

  • Establecer leyes que restrinjan paulatinamente las emisiones de gases de efecto invernadero hasta anularlas por completo dentro de la industria y el transporte nacional. Si nos ponemos como meta el 2050, sería una reducción del 3,33% anual en promedio ¿es mucho? Creemos que no, sobre todo con el impulso que están tomando las energías renovables y los avances en electromovilidad que, de seguir así, llegarían a que lo que hoy parece difícil, fuera el desenlace natural al que nos lleve la tecnología.
  • Implementar políticas de captura o de compensación, comenzando por mantener una alta razón de áreas verdes por habitante. Esta iniciativa tiene un beneficio adicional  para la salud de la población: menos stress, más áreas de relajación y esparcimiento, mejor calidad del aire e incluso mejora de la sensación térmica en las ciudades (se agradece la sombra).
  • Eliminar las zonas de sacrificio. Sin comentarios adicionales sobre esto, las zonas de sacrificio deberían ser consideradas un atentado contra los derechos humanos y ambientales en todas sus formas.
  • Fomentar la incorporación de energías renovables, incluida la generación distribuida y la generación para autoconsumo. Ambas aumentan la resiliencia del sistema eléctrico, al contar con múltiples fuentes de generación a lo largo de la red, en lugar de concentrarse en solo algunos puntos, sumando además los beneficios obvios de contar con una matriz energética más limpia.
  • Restringir la venta de artículos de baja eficiencia energética. Como parte de la transición energética y mientras los vehículos eléctricos se tornan accesibles a las familias, exigir altos estándares de eficiencia y bajas emisiones en vehículos que utilizan combustibles fósiles parece una alternativa lógica. Si lo piensan, es lo mismo que se hizo con las ampolletas incandescentes, que finalmente fueron prohibidas.

En Asgreen no nos dedicamos a hacer leyes, sin embargo sí seguiremos promoviendo el desarrollo sustentable, la eficiencia energética y la economía circular con todas nuestras fuerzas, para que esas leyes las hagan quienes deben hacerlas y mientras eso pasa, las personas y las organizaciones nos hagamos cargo.

Reforzamos nuestro compromiso con todas las organizaciones que quieran también tomar la responsabilidad de cuidar y proteger el medio ambiente y hacerse cargo de la forma en que producen, consumen y se relacionan con su comunidad.

Creemos que ahí donde los líderes de los 197 países miembros de la CMNUCC  han fallado en combatir el cambio climático, nosotros, los siete mil millones de personas comunes y corrientes, a través de nuestro trabajo y ejemplo podemos conseguir mucho más por el planeta.

¿Cómo podemos hacerlo nosotros y demostrar resultados? Más allá de firmar compromisos, podemos, desde ya:

    • Adoptar buenas prácticas de sustentabilidad y eficiencia energética en nuestra casa, trabajo y lugares de estudio.
    • Practicar el consumo responsable.
    • Sumarnos a la economía circular.
  • Exigir a nuestros representantes que el cuidado y protección del medio ambiente sean una de sus prioridades.

Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales, donde regularmente compartimos tips de buenas prácticas y, si eres parte de una organización que quiere avanzar hacia un nuevo modelo más responsable con el medio ambiente, escríbenos a contacto@asgreen.cl Estaremos más que felices de ayudarlos a cumplir sus metas.

María Luisa Lozano y Fernando Pinto

Fundadores de Asgreen Ingeniería Sustentable

Y todo el equipo de Asgreen