El modelo económico actual del tipo “extraer, procesar, fabricar, usar y desechar” que durante años ha estado en el corazón de desarrollo industrial, ha comenzando a encender las alarmas y vive ahora su peor momento en medio de la crisis sanitaria, lo cual nos hace pensar que dicho modelo no se sostendrá por mucho tiempo más.
El cambio a un modelo circular que priorice la restauración y regeneración de los recursos para mantener la máxima durabilidad de los productos, sus componentes y los materiales es imprescindible y urgente para, de una vez por todas, separar el modelo de desarrollo económico del consumo de recursos no renovables y de los riesgos que conlleva para la economía y el futuro de nuestro planeta.
Diferencia entre economía linear y economía circular
En una economía lineal, el sistema económico está basado en la extracción de recursos naturales que son procesados para producir materiales, estos materiales servirán más tarde para la fabricación de productos que serán consumidos, usados y desechados. Con este modelo, que hemos venido utilizando prácticamente desde la Revolución Industrial, estamos acabando con las reservas de recursos naturales del planeta (lo cual pone en peligro nuestra existencia), pero si eso no fuera suficiente incentivo para cambiar, quizás lo sea el hecho de que este modelo está comenzando a ralentizar el crecimiento económico y a hacerlo cada vez más difícil.
Por el contrario, la economía basada en un modelo circular está inspirada en los ciclos de la naturaleza, donde nada se desperdicia. Este modelo tiene como propósito minimizar los desechos a través de una permanente circulación y restauración de los recursos, guardando su valor y utilidad por el mayor tiempo posible.
Como se puede observar en la ilustración, el modelo circular utiliza acciones como la reparación, el reúso, la redistribución, el reciclaje y la regeneración para mantener los productos, componentes y materiales en valor a través de la circulación permanente, eliminando casi por completo el desperdicio, disminuyendo por un lado la extracción de recursos finitos, y por otro reintegrando a la naturaleza los materiales una vez que han sido utilizados.
Desde esta perspectiva, el modelo circular no solamente disminuye las consecuencias negativas del modelo linear, sino que lo adelanta por mucho en ventajas:
- Ahorro en el costo de los materiales: se requieren menos materias primas “frescas” y por lo tanto los costos asociados a la extracción, proceso y refinación se mantienen a raya.
- Disminuye la volatilidad de precios y el riesgo asociado al suministro: al incrementar las fuentes de suministro debido a la circularidad de componentes y materiales, es posible evitar los monopolios y construir una oferta más diversa, que a su vez mejora la oferta de precios para el consumidor.
- Aumenta el empleo: la circulación permanente requiere de nuevas formas de pensar los servicios de reparación, separación, recolección, logística y recuperación. No solo en cantidad, sino en calidad, estos servicios son imprescindibles para la economía circular, y requerirán de trabajadores calificados para su funcionamiento.
- Hace más resiliente a la economía: al igual que como ocurre con la naturaleza, un sistema circular se adapta más rápidamente a eventos catastróficos, como pandemias, terremotos, huracanes, etc., gracias a que cuenta con una mayor variedad de fuentes de materias primas, prioriza el uso de energías renovables y sus sistemas están interconectados en una sólida red que les permite la supervivencia.
- Elimina los vertederos: un modelo circular considera a los desechos un error de diseño. Es decir, que ante la existencia de desechos, el diseño del sistema se ajusta para, a través de las acciones que lo componen, eliminar el desperdicio.
- Asegura la disponibilidad de recursos naturales en el futuro: al disminuir la demanda de recursos naturales y favorecer el retorno de las materias primas a la naturaleza.
- Disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero: por un lado, a través de la eliminación de vertederos (que generan metano) y por el otro, al favorecer el uso de energías renovables, la eficiencia energética y la reducción de los procesos de extracción.
- Disponibilidad de energía más limpia y económica: además de que a través de los ciclos y sistemas del modelo se recupera energía, en la economía circular, la principal fuente de energía debe ser renovable, lo que nos lleva a dejar de utilizar energías basadas en combustibles fósiles.
Entre las lecciones que nos ha traído el COVID-19 y que ya podemos contar (habrá otras que no entenderemos hasta más adelante), una de las más importantes es que cuando el cambio llega sin avisar y de manera obligatoria, el costo de adaptarse a ese cambio es mayor y no todos pueden afrontarlo. En este sentido, la economía circular emerge como un modelo que nos dirige hacia una economía más regenerativa, sustentable, igualitaria y resiliente, pero si no estamos preparados (como gobiernos, como sociedad, como empresarios y como personas) para adoptar este modelo económico, no podremos disfrutar de ninguna de las ventajas que nos ofrece.
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