Este 12 de diciembre se cumplen 7 años desde el Acuerdo de París, fecha hito que culminó con más de 20 años de negociaciones: los avances eran claros, porque 195 países acordaron limitar el calentamiento global por debajo de los 2ºC respecto a la era preindustrial y pactaron además, realizar todos los esfuerzos necesarios para limitarlo a 1,5 °C al año 2050.
Pasos importantes pero no suficientes, aún son muchos los desafíos por delante. Si bien durante la pandemia de Covid-19 el año 2020 hubo una baja a nivel global importante de las emisiones de gases de efecto invernadero, el año 2021 las emisiones mundiales de CO2 repuntaron hasta su nivel más alto de la historia. Lo anterior, debido al aumento del uso del carbón como combustible para la generación de energía.
Además, hace poco más de 2 semanas se desarrolló la COP 27 en Egipto y se registraron pocos avances sobre lo acordado el año anterior, quedando varios compromisos pendientes en materia de reducción de emisiones, dando cuenta que en vez de disminuir, siguen aumentando.
Uno de los grandes hitos fue la creación del nuevo fondo de «pérdidas y daños» para los países vulnerables, sin duda un gran avance para ayudar a las naciones que más se ven afectadas por los efectos del cambio climático. No obstante, poco se avanzó en un plan para eliminar los combustibles fósiles y avanzar hacia una transición energética sostenible y resiliente.
A pesar del aumento en emisiones y el continuo uso de combustibles fósiles, hay algunos avances positivos a nivel mundial, la transición energética se ha acelerado en el sector privado. En 2019 la producción de energía eólica y solar de la UE superó por primera vez la de carbón, lo que se traduce en que más naciones están realizando un importante esfuerzo en generar cambios en su matriz energética, como son Suecia, Finlandia, Letonia, Dinamarca y Austria, que lideran esta transición.
Chile no se queda atrás, hace un mes se anunció que la generación de energías renovables por primera vez, superan al carbón. En los últimos 12 meses la generación eólica y solar aumentó en un 27,5% y la generación a carbón solo alcanzó el 26,5%. Con esto, los especialistas apuntan al cierre de todas las centrales termoeléctricas a carbón al 2030 lo que se traduce en un avance importante en materia de sustentabilidad y adaptación.
Sin duda, cambiar la matriz energética a energías renovables es un hito extraordinario, no obstante, es clave que los gobiernos, empresas y sociedad civil tomen conciencia respecto al uso de la energía y las emisiones que se generan, siendo más eficientes en su uso, para gestionarla de manera sistemática y lograr resultados en el tiempo.
A nivel nacional, la Ley de Eficiencia Energética viene a impulsar el manejo eficiente de la energía y crea un plan que permitirá transitar y ser un país más competente en esta materia, para cumplir con el Acuerdo de París y con las futuras generaciones.